La música latina perdió este 7 de diciembre de 2025 a uno de sus pilares más grandes: Rafael Ithier, fundador, pianista y director de El Gran Combo de Puerto Rico, falleció en la isla a los 99 años, dejando un legado que marcó generaciones y que definió el sonido de la salsa tal como la conocemos.

Ithier, nacido en 1926 en San Juan, construyó una de las instituciones más influyentes de la música tropical. En 1962 creó El Gran Combo, una agrupación que no solo se convertiría en referencia absoluta para la salsa en el Caribe y América Latina, sino que trascendería fronteras culturales, convirtiéndose en un símbolo de puertorriqueñidad y una escuela para músicos, cantantes y arreglistas.

Un legado que supera el tiempo

Durante más de seis décadas, Ithier lideró con disciplina, visión y elegancia una banda que hoy es patrimonio vivo de la música latina. Su carácter exigente y su oído inigualable fueron claves para convertir a El Gran Combo en “La Universidad de la Salsa”, un apodo que todavía se pronuncia con orgullo en toda América Latina.

Su muerte llega en un año en el que, curiosamente, su nombre volvió a resonar con fuerza en las nuevas generaciones. El álbum Debí Tirar Más Fotos, de Bad Bunny, incluye el tema “Nuevayol”, cuya base musical se construye sobre un sample del clásico de 1975 “Un verano en Nueva York”, uno de los himnos más grandes de El Gran Combo. Ese gesto fue interpretado como un puente perfecto entre la música urbana contemporánea y la tradición tropical que Ithier ayudó a cimentar.

La presencia de El Gran Combo en el disco ganador de múltiples reconocimientos revalidó lo que la historia ya sabía: la influencia de Ithier no solo sigue viva, sino que cada vez se expande más.

Más allá de la música: un referente cultural

Rafael Ithier fue también un símbolo de resistencia artística. Condujo a la agrupación a través de cambios generacionales, crisis económicas, transformaciones industriales y nuevas corrientes musicales, sin perder nunca la esencia de un sonido que mezcla cadencia caribeña, sabor callejero y disciplina musical impecable.

Su obra ha sido estudiada en conservatorios, versionada por orquestas del mundo y celebrada en fiestas populares de Puerto Rico a Japón.

Un adiós que duele, pero un legado que permanece

El fallecimiento de Ithier deja un vacío enorme, pero también una herencia imposible de borrar: canciones que siguen animando fiestas, influenciando artistas y formando parte de la banda sonora latinoamericana. El Gran Combo continúa su camino con nuevas generaciones de músicos, pero con la impronta eterna del maestro que lo inició todo.

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